No importa si te adaptás rápido o más lento a los cambios con los que te enfrentas en la vida. Lo importante es adaptarse y ¿cómo hacerlo? Dos pensadores, el psiquiatra Luis Rojas Marcos y el filósofo José Antonio Marina, afirman que “cuando sonrío, expreso bienestar, pero también aumenta mi bienestar”. Para estos humanistas, sonreír nos ayuda a sentirnos más cómodos, a ser más agradables con los demás y a conseguir con mayor facilidad nuestros objetivos.
Prácticamente todas las ciencias se la pasan haciendo estudios sobre qué nos hace felices y qué no. Las respuestas son tan variadas como investigaciones hechas sobre el tema. Esta vez hablamos de esas situaciones particulares que tenemos que atravesar en algún momento de nuestra vida: los cambios. Puede ser un cambio de trabajo, de pareja, una nueva carrera, ser padre o madre. Cualquier tipo de cambio puede hacernos entrar en crisis y desafiarnos a que nos adaptemos a él. (Si es al revés, y vos sos el que está buscando un cambio te recomiendo este post)
Existen diversos estudios que nos proponen cómo adaptarnos a los cambios y ser felices, acá te presentamos 10 tips de las mejores investigaciones para ponerlas en práctica.
1. Hacer ejercicio. Aunque sea durante 7 minutos, el ejercicio tiene un efecto tan profundo en nuestra felicidad y nuestro bienestar que se convirtió en una estrategia eficaz para combatir la depresión. Una buena opción es caminar o correr, lo que te da una libertad imposible alcanzar mediante otros deportes.
2. Dormir más. Esto produce el efecto de ser menos susceptible ante las emociones negativas. Dormir es muy importante para que el cuerpo se recupere de su actividad diaria, y tiene efectos muy positivos en nuestra alegría.
Po Bronson y Ashley Merryman en NurtureShock afirman que los estímulos negativos se procesan en la amígdala y los positivos y los neutrales en el hipocampo. La falta de sueño afecta con mayor intensidad al hipocampo, por lo que las personas que duermen mal tienen tendencia a recordar eventos negativos y olvidar los positivos.
3. Pasá más tiempo con los amigos y la familia. Suena típico, pero no haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia es uno de los principales arrepentimientos que expresan las personas antes de morir.
Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente en nuestro estado de ánimo, así lo explica Daniel Gilbert, profesor de sicología de Harvard: “Somos felices cuando tenemos familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más amigos y más familia”.
Otro estudio, recogido en The Longevity Project, concluía que las relaciones con los demás son fundamentales para vivir una vida larga y feliz.
El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de ayudar a los demás. Aquellos que ayudaban a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto.
4. Salí a la calle con frecuencia. The Happiness Advantage, Shawn Achor recomienda pasar tiempo al aire libre para aumentar la alegría y el buen humor. Proporciona ventajas, aunque sea simplemente en el descanso para comer, reservá unos minutos al día para que te dé el aire.
Un estudio revela que pasar 20 minutos en la calle cuando hace buen tiempo no sólo propicia el buen humor, sino que desencadena la reflexión y mejora la memoria.
5. Ayudá a los demás. Para ser felices nosotros mismos resulta imprescindible ayudar a los demás, y 100 horas al año (dos horas a la semana) parece ser el número clave de tiempo que debemos dedicar al resto.
El Journal of Happiness Studies publicó una investigación que aludía al hecho de que la gente a la que se le había encargado comprar algo para otra persona experimentaba una felicidad mucho mayor que aquellos que se habían comprado algo a sí mismos.
6. Sonreí. No se trata de fingir, pero sonreír nos puede hacer sentir mejor, como afirman Marina y Rojas. Es importante que la sonrisa sea el producto de cultivar pensamientos positivos, como afirma un estudio de la Michigan State University.
Éste sugiere que los que trabajan de cara al público, si fuerzan una sonrisa falsa a lo largo del día su estado de ánimo empeora y terminan por dejar el trabajo. Sin embargo, aquellos que sonríen como resultado de pensar en cosas positivas mejoran su estado de ánimo y están más alegres.
7. Planeá un viaje, aunque no vayas a hacerlo. El mero hecho de planear un viaje o un descanso del trabajo puede contribuír al bienestar.
Un estudio publicado en el Applied Research in Quality Life mostraba que el mayor pico de felicidad se experimentaba durante la planificación de las vacaciones, más que durante el propio viaje. Ello está ligado al sentimiento de anticipación.
Como refiere también Shawn Achor, “un estudio reveló que en la gente que pensaba que iba a ver su película favorita se elevaban los niveles de endorfina un 27%”.
8. Vivir cerca del trabajo. El tiempo que nos cuesta llegar al lugar del trabajo tiene un gran impacto en nuestra felicidad. Al fin y al cabo, es algo que hacemos dos veces al día, cinco días a la semana, y la gente a la que le lleva mucho tiempo desplazarse o que lo hace de manera incómoda es menos feliz.
Así lo dice The Art of Manliness: “Mientras que muchas condiciones no afectan a nuestra felicidad a largo plazo porque nos acostumbramos a ellas, nunca al esfuerzo diario de ir al trabajo. A veces el tráfico es espantoso y a veces no”.
9. Practicá la gratitud. Estar agradecidos por las cosas que tenemos –lo que implica valorarlas en su justa medida– es muy importante para ser conscientes de nuestra felicidad y disfrutarla más.
De hecho, quienes escriben una lista de las cosas por las que estaban agradecidos, y ese simple hecho ya mejoró su estado de ánimo.
José Antonio Marina nos recuerda que lo fisiológico y lo mental están mucho más relacionados de lo que pensamos: intenta ponerte un lápiz en la boca para forzar una sonrisa cuando estás enfadado.