En primer lugar, uno de los pilares de un estilo de vida saludable es adaptar ciertos hábitos relacionados con la alimentación. Uno de ellos se basa en las proporciones de los platos que ingerimos. A la hora de elaborar cualquier menú, debemos ser conscientes de la cantidad de calorías que necesitamos. Ante esto, una buena referencia para la práctica puede ser no comer porciones de alimentos superiores al tamaño de nuestro puño.
Por otro lado, seguir una dieta mediterránea puede parecer un consejo vago, pero en verdad este tipo de planificación dietética es una de las más sanas que existen. Comer cinco veces al día, distribuyendo más las cantidades, y basar nuestros platos en ingredientes, como la verdura de calidad o el aceite de oliva, ayudarán a seguir una alimentación más saludable.
Incorporar la práctica habitual de ejercicio físico en nuestro día a día será esencial para un estilo de vida sano. Este es uno de los hábitos saludables más recomendables por los efectos que tiene sobre el organismo:
Todo el mundo puede beneficiarse de una actividad física regular, sin importar la edad. Por supuesto, simplemente tendremos que ser conscientes de nuestras limitaciones y, en caso de duda, consultar a un especialista sobre los ejercicios más recomendables para nuestros objetivos y características físicas.
Somos seres sociales, y un aspecto fundamental de nuestra vida se basa en relacionarnos con otras personas. Por ello, a la hora de entablar relaciones sociales será esencial elegir bien a aquellas personas con las que nos relacionamos.
Una vida sana a nivel social pasará por entablar amistades que nos permitan evolucionar a nivel personal. Para ello, una buena práctica puede ser buscar amistades en entornos en los que nos sintamos cómodos, como en algún club que practique una actividad que nos gusta. Esto nos permitirá conocer a gente con la que compartamos intereses, lo que nos permitirá aprender de ellos y desarrollar nuestras aficiones.
De esta manera, el vínculo común nos permitirá establecer una mejor relación de amistad con esas personas. Por otro lado, también será importante que veamos en estas personas un apoyo a nivel emocional.Un amigo debe ser capaz de ayudarte cuando lo necesitas, y este será un pilar fundamental para evitar establecer relaciones no sanas o codependientes.
Por último, las relaciones laborales también serán importantes para nuestra vida saludable. Una buena relación con nuestros compañeros de trabajo mejorará el entorno profesional y nos permitirá sentirnos más realizados y valorados a nivel profesional. Esto, a su vez, nos dará unas mayores posibilidades de éxito y de promoción, lo que de nuevo aumentará nuestra autoestima. Por tanto, las relaciones sociales son un pilar fundamental en lo relacionado con los hábitos saludables y entablar unas amistades profundas y sanas nos permitirá ganar confianza en nosotros mismos.