Tras una larga mañana de trabajo nuestro rendimiento se ve reducido. Pensamos de forma más lenta, no tenemos tantos reflejos, bostezamos… En definitiva, nos encontramos en un estado de cansancio que reduce nuestro estado de alerta.
En determinadas profesiones, estar alerta o no es de gran importancia. Un piloto de avión, un conductor o en cualquier trabajo que requiera “estar bien despiertos” es muy importante no caer en la somnolencia o quedarse dormidos.
¿Te imaginas un militar que no esté alerta? ¿O un profesor que no pueda mantenerse atento? En estas y muchas más situaciones, estar alerta es muy necesario, por lo que las siestas deberían ser más que obligadas.
A veces dormimos mal por la noche, lo que provoca que estemos más cansados de lo habitual. Esto afectará a nuestra memoria, queramos o no. Por eso, una buena siesta que nos haga descansar bien resultará muy beneficioso para nuestra memoria.
Y la siesta no solo nos carga de energía, sino que aumenta la actividad cerebral. Esto, además de mejorar nuestra memoria, ¡aumenta nuestra creatividad! Pero para ello, no debemos escatimar en la siesta. ¿Qué queremos decir con esto?
Dormir mal y encontrarnos cansados durante todo el día puede ocasionar que nos volvamos algo irritables. Por ello una siesta nos vendría ¡muy bien! Si te encuentras irritado y todo te molesta prueba a dormir la siesta. Te mejorará el carácter.
Pero además una siesta te hará ser más productivo. Esa energía que recuperamos, esa pereza que acompaña al cansancio se va para dar paso a una persona activa con ganas de trabajar y de “ponerse en marcha”.
Esto ¡no lo es todo! Además de un mejor ánimo que te hará ser más productivo, una buena siesta disipará el estrés que puedas padecer. Sabemos que ante el estrés del trabajo lo mejor es apartarnos, dar un paseo, distanciarnos…
Pero, a veces esto no es suficiente. Nuestra cabeza sigue pensando en el trabajo y no logramos dejar de pensar en el. Por eso mismo, una siesta puede hacer que te olvides de ese estrés que te aborda y te bloquea.
Pero, ¿qué ocurre si no puedes dormir? No te frustres ni te levantes para volver a tus actividades. Mantén los ojos cerrados durante unos minutos aunque no puedas conciliar el sueño. Tan solo con este gesto ¡ya estás descansando! Aunque no lo parezca estás disminuyendo tu ansiedad y los nervios.