¿Sufrís de ansiedad? De acuerdo a la alimentación que se realice se pueden aumentar o disminuír los síntomas. La ansiedad puede atacar de dos formas completamente opuestas: puede generar que el apetito esté abierto por completo, produciendo aumentos de peso. O por el contrario, cerrar el apetito y producir disminución del mismo.
La buena noticia: con un par de cambios en la rutina, el comportamiento diario y la alimentación se puede combatir la ansiedad.
Se recomienda incluir alimentos ricos en magnesio, vitamina B y Triptófano. El magnesio es un mineral natural que ayuda a mantener estable el ritmo cardíaco. Se encuentra en carbohidratos naturales, vegetales de hojas verdes, frutos secos y legumbres.
Los cereales integrales como la avena y los frutos secos también aportan Vitamina B. Asegurate también de incluir proteína, lácteos y huevos para potencializar el triptófano.
Los mejores aliados son: la piña, el yogurt descremado, los frutos secos y la banana. Intentá incluirlos sobre todo en horas de la tarde para evitar la ansiedad por las noches.
Si en tu caso el síntoma produce que tengas el apetito abierto, no te obsesiones con el peso. Esto puede estar causando mayor ansiedad al obsesionarte con lo que no puedes comer. Está comprobado que el 95% de la serotonina (la hormona de la felicidad) es producida en el intestino ¡Así que lo que se come es clave para ser feliz!
Tené presente que lo mejor que se puede hacer para evitar la ansiedad es no saltearse comidas. Cuando se come por tiempos prolongados los niveles de glucemia bajan, esto produce los antojos de dulce y comidas calóricas. Mantenete hidratada, tomá mucha agua y hacé lo posible por cambiar el café por té y hierbas aromáticas. Esforzate por cambiar tus hábitos: hacé ejercicio, comé sin distracciones y planificá un menú semanal.