Un jardín pequeño no debe renunciar a la incorporación de árboles, que jueguen entre los elementos vegetales horizontales y los verticales. Pero, eso sí, se deberá ser muy cuidadoso respecto a qué cantidad de árboles plantar y, por supuesto, el tamaño de estos. También hay otros aspectos clave que nos ofrecen Fernando Nájera, fundador de Fernando Nájera Paisajista y Marta Roca, de la empresa barcelonesa Espaiverd. ¡No te pierdas sus consejos!
Un paisajismo con árboles, por pequeño que sea el jardín, ofrecerá riqueza visual. “Si nos limitamos a poner arbustos o flores vamos a descuidar los niveles medios y superiores, y por ello podemos generar un espacio demasiado plano y vacío. Por no hablar de ocultar vistas indeseadas o disimular elementos arquitectónicos. Y como no, la plantación de árboles nos va a generar sombras y favorece la aparición de zonas de descanso a su abrigo”, señala Fernando.
Marta añade que tendremos que decidir si deseamos árboles de hoja caduca o perenne. “De los primeros hay más variedad y nos permite disfrutar de un jardín de estética cambiante en función de la época del año en la que nos encontremos. Sin embargo, los árboles que no pierden sus hojas van a proporcionar sombra todo el año”.
Fernando comenta que “Los árboles para un jardín pequeño vienen condicionados en primer lugar por como sea el espacio disponible como jardín. Los jardines pequeños no solo tienen las vallas y fachadas muy cerca unas de otras, sino que también el suelo disponible es escaso, y muchas veces inexistente, por lo que debemos recurrir a macetas. Dicho esto, muchas veces la elección va a depender de los gustos, si queremos hacer un luminoso patio o lograr un jardín recoleto y umbrío”.
Y, en todo caso, el paisajista da una serie de recomendaciones comunes a este tipo de jardines: “árboles con sistemas radiculares (raíces) no muy extensos, que admitan bien la poda, que tenga hojas relativamente pequeñas, ya que un árbol de hojas grandes nos empequeñece el espacio, y en lo posible, que sean especies autóctonas, porque repercutirá en su mejor aclimatación”.
Más aspectos a considerar: Marta comenta que “lo principal es definir el número de ejemplares que podremos incluir. Y estos deberán ser de porte pequeño, de no más de 5 metros de alto. Descartemos los de gran porte y vigorosos porque su desarrollo es enorme y las raíces pueden afectar a pavimentos, caminos o zonas de juegos, por ejemplo”. La paisajista nos recuerda, además, que no debemos olvidarnos de los arbustos, porque “llegan a un tamaño considerable y los podemos emplear en grupos, para que aporten volumen al espacio”.
Vayamos con las recomendaciones, aunque antes de seleccionar una especie de árbol debemos tener muy en cuenta los condicionantes del clima. Así pues, en zonas mesetarias de climas extremos “hay especies como el árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica), el árbol del amor (Cercis siliquastrum), el espino albar (Crataegus monogyna), el peral de flor (Pyrus calleriana ‘chanticleer’), el árbol de las pelucas (Cotinus coggygria) o los ciruelos (Prunus cerasifera Pissardii) que aúnan tamaños contenidos con floraciones espectaculares”, detallan desde Fernando Nájera Paisajista.
En la imagen vemos un árbol de Júpiter florido, en un proyecto realizado por Espaiverd. Se trata de una especie de hoja caduca que tiene una época de floración larga, incluso llegando al medio año, uno de sus grandes atractivos.
Fernando considera que aparte de los árboles mencionados en el punto anterior, en el sur y levante, además, se puede apostar por “frutales, olivos y cítricos especialmente, perennes, de vivos verdes y muy agradecidos”.
Los olivos son de porte pequeño (podemos observar un ejemplar en la imagen), pero tan longevos que pueden alcanzar con los años una estatura considerable llegando a los 15 metros.
“En zonas más húmedas del norte y las serranías los cítricos lo pasarán mal, pero frutales como manzanos, perales, ciruelos… podrán compartir espacio con avellanos (Corylus avellana), arces japoneses (Acer palmatum), arces de Montpellier (Acer monspessulanum), abedules (Betula alba) o con el árbol del hierro (Parrotia persica)”, prosigue Fernando.
En este jardín diseñado por Fernando Nájera Paisajista, en el rincón se ha plantado un arce japonés.