Leer nos permite empatizar con personajes muy dispares, a los que seguimos durante sus aventuras. Muchos nos hacen experimentar sentimientos que ya conocíamos, y eso nos hace ponernos en su lugar. Evidentemente, este ejercicio lo aplicaremos a la vida real con más frecuencia si tenemos por costumbre leer a menudo.
Es uno de los aspectos de la lectura que más se conocen. Leer a diario nos permite establecer una conexión entre las palabras que empleamos oralmente y las que leemos. Cuanto más leamos, más vocabulario conoceremos, en especial si variamos el género literario.
Esto se cumple independientemente de si estamos leyendo una crónica o un relato de ficción. Hasta las lecturas más fantásticas beben de leyendas, historias, u otro tipo de relatos que existen en nuestro mundo. Leyendo podremos tener acceso a multitud de datos útiles o simplemente curiosos.
Otro de los beneficios de leer más conocidos. Y es cierto: leer nos hace escribir mejor; es mucho más útil que memorizar una cantidad ingente de reglas ortográficas. Cuanto más veamos una palabra escrita, más fácilmente recordaremos cómo se escribe.
Tomarnos un descanso de nuestras obligaciones (y, sobre todo, de nuestras preocupaciones) para leer a diario es muy beneficioso. No solo estamos dedicando ese momento a nosotros mismos, sino que también estamos aplicando nuestra concentración a algo que atrapa la mente. Si estamos concentrados en lo que ocurre en el libro perderemos interés, al menos por un rato, en nuestros quehaceres.
Cuanto más leamos, más problemas nos encontraremos (en la ficción, por supuesto). Esto nos permitirá posicionarnos frente al conflicto, ya que pocas personas eligen no formarse una opinión propia sobre este. Asimismo, durante la lectura, los personajes irán informándonos de sus pensamientos sobre el problema, y esto nos permitirá posicionarnos a favor o en contra de lo que dicen, e incluso cambiar de opinión.
Hoy en día es mucho mayor el contenido que consumimos de forma audiovisual, y a veces olvidamos que nuestra imaginación es nuestra mejor fuente de producción audiovisual en el momento de lectura. Imaginar cómo son los personajes o los lugares que visitan es muy entretenido porque los adaptamos a nuestros gustos, experiencias y deseos.
No es fácil comenzar a leer si no tenemos el hábito de hacerlo. Algunas personas perdieron esa costumbre, otros nunca la tuvieron. Ahora que ya sabemos que leer es importante, podemos centrarnos en cómo hacerlo posible de forma habitual.
Por último, es importante entender que el proceso es lento y que de la mañana a la noche no vamos a leer con frecuencia. Empezar de forma sencilla y gradual nos ayudará a convertirlo en hábito. Y una vez ahí, disfrutemos y compartamos la experiencia.