Ser agradecido no cuesta nada y, sin embargo, nos hace ver la vida con otros ojos. Los que nos rodean también perciben este cambio y todo se torna mucho más fácil. El diccionario define gratitud como reconocer y sentir estima hacia una persona que te hizo un favor y sentir un gran deseo de corresponder de alguna manera.
Pero, la gratitud no es solamente eso. Podemos sentirnos agradecidos por estar vivos, sentir gratitud por tener la vida que tenemos, por todo lo bueno que hay en nuestra historia… Pensar en todo esto y sentirse realmente agradecido nos hace felices.
Ser agradecido es tremendamente fácil
Una sonrisa, un simple “gracias” o una pequeña nota dedicada a esa persona a la que le agradecés lo que hizo por vos o lo feliz que te hace. Como ves, no hay un gasto de energía importante, porque esto no nos cuesta nada. Quizás por eso no le prestamos la atención que deberíamos prestarle. A veces todo esto se pasa porque ignoramos lo que nos rodea, estamos tan abstraídos en nuestro propio mundo que nos olvidamos de los que están a nuestro alrededor.
Cuántas veces te paraste a pensar en lo que tenés y cuántas veces fuiste consciente de que no te hace falta anhelar nada más porque ya lo tenés todo. Cuántas veces reflexionaste sobre las personas que tenés alrededor, que te apoyaron en los momentos difíciles. Son más importantes que las personas que te hayan podido lastimar.
¿Cómo ser agradecido?
Concentrate en el ahora: Vivimos pensando en el futuro y en el pasado, y esto nos impide saborear el presente y ser conscientes de todo por lo que deberíamos estar agradecidos. Separarnos de esto provoca que anhelemos aquello que en realidad ya poseemos. Todo por no ser conscientes de que tenemos que abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor.
No des por hecho nada: Das por sentado que tu pareja sabe que la amás, que tu mamá sabe que la querés… Dar por hecho es un error. Los demás necesitan escuchar de nuestra boca todo aquello por lo que les estás agradecido.
No esperes nada de los demás: Un error en el que podes caer es esperar que los demás actúen como vos lo vas a hacer. Esto, en la mayoría de las ocasiones, no va a suceder, así que eliminá de tu mente este deseo.
Para ser agradecido de verdad no tenes que esperar nada a cambio. Debes serlo porque así te sentís bien y porque así querés hacerlo.
Por el simple hecho de estar vivos:
Nada más al levantarte de la cama agradecé al día que podés despertar una vez más y vivir; cuando te vayas a dormir, encontrate agradecido por todo lo bueno que experimentaste durante el día. A veces, no solo tenemos que mostrarnos agradecidos con las personas, sino con el simple hecho de estar vivos. Esto hará que te sientas afortunado y dibujará una sonrisa en tu cara cada día que te levantes.
