Tener celos es bastante normal en las relaciones de pareja, el problema aparece cuando se vuelven incontrolables, constantes y rozan lo enfermizo. En estos casos, los celos dejan de ser una preocupación para convertirse en un verdadero problema. Inclusive en muchos casos puede desembocar en el llamado síndrome de Otelo.
Este síndrome que también es conocido como delirio de celos monosintomático, recibe su nombre por la obra “Otelo, el moro de Venecia” de William Shakespeare. En ella, Otelo, el personaje principal teje una red de sospechas sobre la supuesta infidelidad de Desdémona, su pareja, hasta asesinarla y luego, caer en el suicidio.
Así, las personas que se introducen en esas espirales obsesivas de sospechas y desconfianzas hacia sus parejas, sin existir motivo alguno más allá que el de su imaginación suelen padecer este síndrome.
Características de celos enfermizos
El problema no radica en los celos, sino en su intensidad, su frecuencia, en si tienen una base justificada y la manera en que ellos influyen en nuestra conducta. Hay que saber diferenciar el comportamiento de la persona que tiene celos dentro de los estándares de lo normal y la persona que tiene celos que conllevan un comportamiento que se acerca a lo enfermizo. En este segundo caso, sucede que la persona afectada ve lo que quiere ver, sin tener en cuenta si existen o no pruebas y detalles que confirmen sus creencias. Así, su única preocupación en la relación es buscar pruebas de forma meticulosa y obsesiva que delaten a su compañero de vida por lo que le revisará su celular, su computadora, redes sociales… y someterá a su pareja constantemente a interrogatorios sobre su rutina. Incluso, su ceguedad le hará creer que su pareja ha cambiado de hábitos desde que es infiel.
Cómo controlar los celos para una relación saludable y duradera
En definitiva el tiempo que se gasta y dedica en celar a la pareja, es tiempo que genera malestar entre ambos y si los celos son muy frecuentes, probablemente termine en la ruptura de la relación. Ese tiempo en que (si te reconocés como una persona celosa) empeñás en celar a tu pareja, lo único que haces es potenciar esa sensación de malestar e inseguridad que tenes y contagiarla. Ambos se quedan con un sabor amargo en la boca y es difícil volver a una situación agradable después de este tipo de discusiones o peleas.
Pensar en términos de tiempo y situaciones, es una buena forma de controlar los celos. ¿Este es el tipo de tiempo que quiero compartir con una persona? ¿Estas situaciones son beneficiosas para nuestro crecimiento? El tiempo que se pasa en peleas y discusiones (que no quiere decir que no haya que evitar discutir por completo con tu pareja) se podría estar utilizando para construir un futuro juntos, proyectar o simplemente disfrutar.
Como decíamos, a veces los celos son simplemente falta de autoconfianza. Pero también a veces, son inmadurez. Cuando uno tiene la capacidad de pensar la relación objetivamente, en construir un proyecto de vida junto con otra persona, la confianza se vuelve inevitable.
Sin embargo, los celos pueden ser desencadenados siempre dependiendo de la historia particular de cada uno. Lo importante es identificarlos, reconocerlos y tratar de trabajar en ellos. Si los celos te llevaron a ejercer violencia psicológica o física, es mejor que te acerques a un especialista.