No siempre sabemos identificar que estamos estresadas. Y puede que nuestro cuerpo nos esté avisando y nos envíe señales para sugerirnos que quizá debemos levantar el pie del acelerador y parar. Por ejemplo, los problemas en la piel suelen estar asociados a momentos de mayor neriovisismo y ansiedad.
En primer lugar, prestarte una mayor atención y cuidarte. Es importante que lo hagas, puesto que el estrés mantenido durante mucho tiempo puede provocarte otros problemas de salud, algunos graves. Por ello, te sugerimos que revises tus hábitos y adoptes aquellos que te pueden ayudar a encontrar la calma.
Liberas energía y tensión acumulada. Además, mejora tu estado físico y mental. Hacer ejercicio unos cuatro días a la semana te ayudará a vivir con más calma.
Puedes hacer cualquier actividad que te guste. Aquello con lo que te sientas bien. Una ducha relajante, un paseo con tu perro, leer, escribir… dedicar tiempo para cultivar aquello que te relaja redundará en un mayor bienestar y un mejor manejo del estrés.
Estudios recientes han demostrado que una falta de vitamina D está relacionada directamente con el estado de ánimo. También influye en enfermedades cutáneas como el acné, la rosácea, la psoriasis o la dermatitis, o con la caída del cabello, que suelen agravarse en periodos de estrés, nos cuentan desde NIVEA.
Abraza, pero con seguridad, acaricia, demuestra el amor quesientes por los demás. Todo ello activa la oxitocina, la hormona del vínculo, del bienestar. De hecho, sin ellos somos más propensos a sufrir estrés. Así lo advirtió un estudio realizado por NIVEA.
La edad determina en gran medida cuántas horas debemos dormir al día. Los adultos deberían descansar entre 7 y 9 horas e intentar que no sean menos de 6. No cenar tarde o tomar cafeína poco antes de la hora de acostarse, mantener un horario fijo de sueño y dormir en una habitación con buenas condiciones (temperatura, ruido y luz apropiadas) ayudarán a conseguir un sueño reparador y saludable.
Eliminar el alcohol y el tabaco es el primer paso, así como reducir la ingesta de cafeína. Una alimentación saludable, rica en frutas y verduras, es imprescindible para tener cuerpo y mente sanos. También hay plantas y remedios que te ayudan. Consulta con tu farmacéutico de confianza.
La deshidratación favorece la circulación del cortisol, la hormona encargada de mantener el cuerpo en tensión. Tener una botella de agua cerca ayudará a la concentración y a rebajar la sensación de cansancio, tristeza y fatiga.
No te lo cargues todo sobre tus hombros. Si sientes que no puedes más, si estás estresada y no consigues rebajar los niveles de estrés, acude a un profesional. Hoy en día, tienes muchas opciones que cuidan de tu salud mental y, algunas de ellas, sin moverte de tu casa.