Mima tu sueño. Tu memoria necesita que duermas. Durante el sueño, el hipocampo fija la información que recibe durante el día… y desecha lo que ya no vas a usar. El poder del sueño es tal que la Universidad de Harvard (EE. UU.) recomienda estudiar antes de irse a la cama o echar una siesta tras cada sesión de estudio.
Camina. Andar más de 10 km cada semana protege la masa cerebral (que disminuye con el tiempo), lo que conserva la memoria, según un estudio publicado en Neurology. bebe café. Después de hacer una tarea importante, toma cafeína (200 mg) y así la recordarás mejor. Eso asegura un estudio de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.).
Para tener una buena memoria de adultos hay que ejercitarla desde pequeños. ¿Cómo? Haciendo ejercicio. Se ha comprobado que un nivel bajo de actividad física en preescolar y Primaria se asocia con un menor rendimiento de la memoria en la adolescencia. Así lo explica un estudio español publicado en The Journal of Pediatrics.
