La sociedad moderna está llena de ruidos, y por desgracia a veces nos acostumbramos a ellos sin darnos cuenta que a medio y corto plazo, eso daña nuestra capacidad auditiva. Para evitar tener problemas puedes tomar algunas medidas:
No metas nada en tus oídos, ni siquiera bastoncillos, ya que te arriesgas a dañar el interior de tus oídos, con posibles consecuencias nefastas para tu audición. Tampoco te eches gotas, solución salina ni cualquier otro tipo de producto, salvo que te haya sido recetado por un médico especialista. Recuerda que los oídos se limpian solos, salvo que tengas un problema, y en este caso tienes que ir al médico.
Después de un baño, de una ducha o de una sesión de natación, seca la parte externa de tus oídos para evitar que se queden húmedos y puedan aparecer hongos o infecciones.
En caso de resfriado, gripe, o cualquier otro tipo de infección, cuidar tus oídos es importante, ya que después de la exposición al ruido, las infecciones son la segunda causa de pérdida de audición temprana. En cuanto haya síntomas o dolor, ve a visitar a tu médico para solucionar tu problema de oído.
Normalmente, cuando haces un chequeo médico, te revisan la vista y la audición, aunque sea de una forma muy básica. Si hace mucho tiempo que no te lo revisaron, o si ya pasaste de los 40 años, puede ser un buen momento para controlar la situación. Y cuando llegues a los 50, deberías tener esas revisiones de forma más frecuente.