Una de las etapas más especiales (y al mismo tiempo algo molestas para el bebé) es cuando les sale su primer diente. Es un momento único y ver al peque con uno o dos dientes reírse resulta muy gracioso. Pero detrás de lo divertido que tiene este momento, existen una serie de recomendaciones para que tus hijos tengan una dentición sana y saludable que deberías tener muy en cuenta.
Normalmente, los primeros dientes salen a los 6 meses de edad, coincidiendo con el inicio de la alimentación complementaria, y suelen ser casi siempre, los incisivos inferiores. Pero como siempre pasa en los bebés, cada uno tendrá un desarrollo distinto y esto puede variar: “Aunque la gran mayoría de bebés dentarán sobre esos seis meses, no es raro que algunos sean más precoces (¡hay hasta bebés que nacen con dientes!), y otros más tardíos que cumplen su primer año sin ninguno. La verdad es que puede existir una gran variabilidad de tiempos si comparamos a un bebé y otro”, nos explica la odontopediatra, Lucía Almazán (@mrs.odontopediatra). “Por lo general, los primeros dientes en erupcionar son los incisivos centrales inferiores. Seguidos por los incisivos centrales superiores, y luego los laterales. Después saldrá el primer molar aproximadamente sobre los 15-18 meses, seguido por los caninos (16-23 meses) y finalmente erupcionarán en último lugar los segundos molares. Llegando a los 36 meses con 20 piezas dentales temporales”, nos detalla.
Hay muchos niños que no notan la salida de los dientes, pero hay otros que sufren mucho por la hinchazón que se produce en las encías. Esto provoca que estén inquietos, lloren más de lo habitual, estén irascibles, que babeen más de lo normal y se sienten incómodos en muchos momentos. ¿Cómo es el proceso de dentición y cómo podemos aliviar estos síntomas? La experta nos explica que: “Durante el proceso eruptivo hay un ligero edema de la encía, por lo que mordedores fríos y masajes en la zona pueden aliviar las molestias. Si el bebé es lactante podemos ofrecer polos de leche materna. Puede haber cierta irritabilidad, aumento de la salivación e incluso disminuir ligeramente el apetito, pero en ningún caso se asocia la erupción dental con fiebre alta. Si esto ocurriese deberíamos acudir a nuestro pediatra para valorar la causa. Se desaconseja totalmente el uso de geles anestésicos por el riesgo real de producir metahemoglobinemia. Y de geles naturales ya que tampoco hay estudios que avalen ni su efecto ni la seguridad de usarlos en bebés”. Tal y como nos cuenta la odontopediatra, hay que tener muy en cuenta que la erupción de los dientes puede dar algunas décimas de fiebre, pero nunca una fiebre alta por lo que, si los padres ven decaído al niño o tiene una temperatura mayor a 38 grados, se aconseja acudir al pediatra.
Por otro lado, si pasan los meses y nuestro hijo “llega a los 15 meses sin dientes o supera los tres años y no tiene los 20 dientes temporales en boca habría que valorarlo”, recomienda la experta.
Según las recomendaciones de las asociaciones científicas como la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la European Academy of Paediatric Dentistry (EAPD) y la American Association of Pediatric Dentistry (AAPD) se aconseja la primera visita al odontopediatra con la erupción del primer diente o al año de vida del bebé siempre que no haya alguna causa o sospecha de que algo anómalo ocurre, si fuese este el caso deberíamos acudir lo más pronto posible, independientemente de la edad del pequeño. “Los odontopediatras basamos nuestro trabajo en la prevención y en establecer unos correctos hábitos higiénicos y dietéticos, para llegar a una óptima funcionalidad del sistema masticatorio y una boca sana y libre de caries y otras enfermedades bucales”, afirma la experta.
Aunque veamos que el niño tiene solo un diente y no creamos que sea necesario lavarlo, es muy importante comenzar la rutina de lavar los dientes el primer momento (cuando sale el primer diente) y hacerlo al menos dos veces al día. Es muy importante que los niños adquieran el hábito de lavarse los dientes después de cada comida, aunque cuando sean tan pequeños, les cueste al principio. “La higiene dental debe comenzar con la erupción del primer diente. Con pasta dental fluorada y cepillo dental con cerdas de nylon. El cepillado debe ser rápido y efectivo por lo que es muy importante la posición y el control de la cabeza del bebé, la visualización de las superficies dentales separando labios y mejillas, y el correcto movimiento de cepillo para eliminar de forma eficaz los restos de suciedad. Evidentemente en este momento tanto los padres como el bebé establecerán una nueva rutina. Y como toda nueva acción necesita de un aprendizaje, por lo que los papás no deben angustiarse si las primeras veces cuesta un poco. Podemos hacer pausas, apoyarnos en cuentos, canciones u otros elementos que nos puedan facilitar realizar el cepillado con éxito”, recomienda la experta.
Y una de las preguntas del millón, para muchos padres, relacionada con lavar los dientes a los niños es… ¿Debemos usar dentífrico desde el principio? A lo que la experta contesta: “Si, por supuesto, se debe usar dentífrico fluorado (de 1000-1450ppm de flúor), habitualmente controlando siempre la cantidad de pasta que ponemos. Con la erupción de las primeras piezas dentales bastará con un pequeño raspado o cantidad de pasta similar a medio granito de arroz. Con la dentición temporal completa subiremos la cantidad de pasta a un tamaño similar a una lenteja. Y cuando haya contactos dentales también deberemos empezar a usar el hilo o los arcos dentales”, afirma Lucía.