Ante cualquier cosa o situación nueva, tener una “mentalidad de principiante” te llevará a no defenderte, a adquirir una actitud curiosa y querer aprender lo más posible de eso nuevo que se está presentando.
Tener una actitud curiosa y de aprendizaje constante es lo que marca la diferencia y por eso a los “principiantes” siempre se los tilda de entusiastas. El problema está cuando creemos que <no tenemos más nada que aprender>. Y es ahí donde el entusiasmo se pierde y donde el estancamiento abunda.
¡No te preocupes! Cambiar este tipo de mirada es mucho más simple de lo que parece, es simplemente estar dispuesto a dejarse sorprender. A indagar un poquito más cada cosa hasta encontrar algo que no sabíamos. Siempre hay cosas por aprender y siempre hay algo nuevo por conocer.
El interés por conocer otras realidades, se orienta hacia el futuro y hacia aquello en lo que ha contribuido: ¿qué parte de responsabilidad jugué en esto?, se pregunta hacia los problemas siempre en búsqueda de una solución. Se utiliza mucho la pregunta porque, como decíamos, el motor es la curiosidad. Ante una nueva idea, indaga y no juzga a priori.
¡Eliminá todos los prejuicios que tengas y encará tu día a día de manera diferente!