Quienes hicieron dieta alguna vez para bajar abruptamente de peso, conocen a qué se le llama y cómo se siente el “efecto rebote”. El problema principal de los regímenes alimentarios es que cuando, después de mucho esfuerzo, se llega a bajar una cantidad importante de kilos. Se disfruta estar sumamente flaco pero después, el hambre se vuelve irresistible y en poco tiempo no sólo se recobra lo perdido sino que se engorda todavía más.
Científicos estadounidenses de Mayo Clinic de Rochester, están desarrollando una investigación sobre la hormona llamada “ghrelina” que es la que genera esta atracción irrefrenable por la comida. Después de perder mucho peso en poco tiempo, el organismo humano responde generando en grandes cantidades esta hormona. No es que el cuerpo nos odie, es que la naturaleza del ser humano se prepara siempre para reaccionar en búsqueda de nuestra “supervivencia”.
Los científicos pusieron a punto un método para “silenciar” a la hormona del hambre, inyectando una sustancia inhibidora llamada butirilcolinesterasa.
En ratones ex obesos comprobaron que una sola inyección de este “fármaco experimental” mantiene el peso corporal de los animales en su vida natural, protegiéndolos del riesgo de volver a engordar. Se trataría de un descubrimiento científico potencialmente significativo respecto del comportamiento metabólico y podría ayudar a controlar cuadros de enfermedades en muchas personas, afirmaron los investigadores.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año al menos 2,8 millones de personas mueren en el mundo por consecuencias sobre la salud del sobrepeso o la obesidad.
Bueno… veremos qué se desprende de este descubrimiento. Lo importante es cuidar nuestra salud y tratar de evitar llegar a necesitar tratamientos con medicamentos costosos y externos. ¡No esperes a que los científicos terminen de desarrollar esta sustancia! Empezá a cuidarte y quererte, si lo que necesitás es bajar de peso, hacelo de forma sana.