En cada familia hay unas tradiciones navideñas y unas costumbres en cuanto a regalos. Pero no está de más contar con alguna idea general sobre lo que beneficia a los más pequeños desde el punto de vista psicológico.
“Los niños suelen recibir más regalos de los que necesitan y es habitual que no presten atención a la gran mayoría”, destaca María García Salinas, psicóloga de BluaU Sanitas. Por ello, una de las reglas que se pueden adoptar para determinar el número de obsequios adecuado es la de los cuatro regalos. ¿Sabes en qué consiste?
En la regla de los cuatro regalos, el niño puede hacer su carta a los Reyes Magos (o a Papá Noel), teniendo en cuenta estas pautas:
Aunque en algunas familias sí se cumple estrictamente la regla de los cuatro regalos, para muchas resulta misión casi imposible porque a lo que reciben en casa hay que unir luego los que traen de parte de abuelos, tíos, padrinos… Con lo que los pequeños se suelen juntar con una cantidad muy elevada de regalos.
Pero, tal como advierte la psicóloga María García Salinas, “más regalos no equivalen a mayor felicidad y, además se pueden reforzar pensamientos y conductas poco saludables o poco beneficiosas en edades muy tempranas y claves para su desarrollo psicológico”.
Así, cuando los niños son abrumados con regalos se corre el riesgo de fomentar actitudes negativas como la falta de esfuerzo, la competitividad y el consumismo. La Navidad es un periodo que puede resultar muy educativo, o al contrario. Si se les fomenta la importancia de valorar lo que tenemos y las necesidades reales, saldrán fortalecidos. Si se potencia el materialismo, todo lo contrario.
Si los niños son muy pequeños y no siguen la regla de los cuatro regalos, o en casa os decantáis por las sorpresas, es bueno tener una guía para saber cómo regalar en estas fechas. Así, la psicóloga de BluaU Sanitas ofrece estos consejos.
Dadas las altísimas tasas de sedentarismo en España, cualquier regalo que fomente la práctica del ejercicio físico es un acierto seguro. Además, cuando el niño practica deporte divirtiéndose durante la infancia, es más probable que continúe con estos buenos hábitos en la edad adulta.
Son obsequios relacionados con el arte, la pintura, la creatividad, la lectura… todo lo que invite a los más pequeños a descubrir otros mundos y a poner en marcha su imaginación, lo que favorece su desarrollo cognitivo.
Los juegos de mesa son una excelente opción para regalar en Navidad por todos los valores que potencian y por la posibilidad de disfrutarlos en familia y con amigos, lejos de algunos juegos más solitarios de las pantallas. Los juegos compartidos fortalecen los vínculos con padres, hermanos y amigos.
No hace falta regalar siempre algo material para que el niño disfrute. Las experiencias, como un viaje, unas entradas a un espectáculo o una tarde de escape room en familia pueden resultar tanto o más satisfactorias y dejan una huella para siempre en los más pequeños.
Aunque está muy bien buscar siempre el factor extra a la hora de hacer regalos, no hay que perder el foco en que se trata de un periodo de ilusión y magia donde el niño debería también poder pedir y recibir lo que más le agrade. “Se trata de escuchar cuáles son sus preferencias y necesidades, en lugar de dar por sentado lo que van a querer o les va a gustar, independientemente de estereotipos o aspectos culturales”, indica. Esto conseguirá que se sientan aceptados, escuchados y reforzará su seguridad y su autoestima.