Para ayudar en la recuperación de los músculos, para tonificar, para desarollar la flexibilidad… Se trata del foam roller.
Este aparato en cuestión es conocido como foam roller, y en poco tiempo se ha convertido en un instrumento indispensable entre deportistas y fit-girls por su fácil funcionamiento y sus beneficios para el cuerpo.
El foam roller es un accesorio muy útil (y económico) que sirve para estirar y relajar el cuerpo después de realizar ejercicio físico gracias a la estimulación de la fascia, un tejido que protege a todos los músculos y los conecta entre ellos. Pasando y rodando la zona que queramos sobre el rodillo, conseguiremos mejorar la circulación sanguínea, de forma que más nutrientes y más oxígenos llegaran a los músculos afectados. Sin embargo, el foam roller también puede ser utilizado como superficie para fortalecer la musculatura, evitar la acumulación de grasa, desarrollar la flexibilidad y mejorar el estado de lesiones y contracturas.
¿Cómo utilizar el foam roller?
El foam roller puede convertirse en el complemento perfecto para tonificar algunas zonas del cuerpo como el abdomen, los glúteos, el pecho o los muslos:
Abdominales: Si querés lograr un vientre plano, probá con realizar abdominales apoyando la espalda sobre el rodillo, o, si te ves con fuerza, intentá hacer una plancha horizontal, mirando hacia el suelo y manteniendo los pies sobre la esponja durante el mayor tiempo posible.
Glúteos: Si lo que buscás es fortalecer la cola, lo más recomendable es realizar una plancha invertida. Para realizarla correctamente, sentate con las piernas extendidas sobre el rodillo, apoyá las manos en el suelo por detrás de la espalada y levantá el cuerpo con las manos, manteniéndolo en el aire durante 30 segundos. ¡Vas a tener una cola de acero!
Muslos: Para reducir cadera y muslos, tumbate de lado sobre el foam roller y apoyá la mano en el suelo. Doblá la pierna que quede libre hacia delante y deslizate sobre el rodillo, desde la cadera hasta la rodilla. ¡Repetí cambiando la posición! También podés trabajar los cuadríceps tumbándote boca abajo sobre el rodillo y, apoyada en los antebrazos, doblando las rodillas y deslizando las piernas hacia arriba y hacia abajo!