De diseño circular, sustentado sobre pilotes, en la cima de un fiordo y con vistas de 360º hacia el glaciar Svartisen. Svart es el primer hotel de energía positiva del planeta y antes de que abra sus puertas en 2022 en Noruega ya es el sueño de cualquier viajero preocupado por el medio ambiente.
Despertar en el Círculo Polar Atlántico es una experiencia para una vez en la vida, pero hacerlo bajo el resplandor de una aurora boreal en el cielo y en un hotel de lujo y futurista, el primero energéticamente positivo del mundo, ya es lo más. Svart (svart.no/en) está situado en el norte de Noruega, en el desierto ártico del municipio de Meløy y sobre el fiordo Holandsfjorden. Un innovador proyecto de mínimo impacto ambiental, obra del estudio de arquitectura Snøhetta, cuyo diseño permite que produzca más energía de la que utiliza y aproximadamente un 85% menos que cualquier hotel convencional.
En comunión total con la naturaleza del Ártico, este icono de la sostenibilidad, construido bajo los estándares del Powehouse, contará con 99 habitaciones y albergará cuatro restaurantes, un spa de 1000 metros cuadrados, dos barcos eléctricos, una granja sostenible, un centro educativo y un laboratorio de diseño, donde se impartirán talleres educativos sobre gestión de residuos, protección de glaciares y agricultura sostenible. Y todo ello no solo a disposición de los huéspedes que pernoctan en él, también abierto a la comunidad local y a los visitantes de un día.
El diseño de este prodigio de la arquitectura es uno de sus puntos fuertes. Gracias a su estructura circular y a su frente de vidrio, proporciona una vista panorámica espectacular del fiordo y del hielo azul del glaciar, y en los meses de invierno, de la observación de las auroras, y todo ello respetando la privacidad de los clientes. Dos construcciones locales han servido de inspiración a sus arquitectos: fiskehjell, una estructura de madera en forma de A utilizada para secar pescado, y el rorbue, una casa tradicional de temporada tradicional de un pescador. De ahí que el hotel se haya levantado sobre pilotes que se extienden varios metros por debajo de la superficie del fiordo, lo que asegura un impacto cero en la tierra y reduce la interrupción del lecho marino al máximo.