Cada ser humano tiene una forma diferente de cuerpo, que define su manera de vestir, de comer, de desenvolverse en cada situación y que influye en cada aspecto, como por ejemplo al momento de entrenarse. La morfología corporal, al igual que el estilo de vida o los hábitos dietarios, es un punto a considerar cuando se pretende sacar el mayor provecho a los ejercicios para obtener un cuerpo coincidente con la búsqueda deseada.
Para que el entrenamiento sea efectivo, primeramente se debe dilucidar el tipo de cuerpo. Esto servirá para orientar hacia la alimentación y la rutina física más conveniente, dependiendo de si lo que se busca es bajar de peso, tonificar la figura o aumentar la masa muscular. Existen tres formas: endomorfos, ectomorfos y mesomorfos. El fisiólogo Cedric Bryant, de la American Council on Exercise (ACE), diferenció cada una.
Endomorfos: son aquellos conocidos en el colectivo popular como cuerpo “pera” o “manzana”. Tienen una cintura gruesa, estructura ósea de grandes proporciones, brazos y piernas cortas. Tienden a acumular grasa fácilmente, concentrándose mayormente en el abdomen bajo, caderas y muslos. Los ejercicios deben ser aeróbicos: el primer objetivo es mantener el peso. Luego se puede incurrir en deportes que combinen fuerza y equilibrio. La dieta es muy importante, siendo conveniente seguir un régimen rico en proteínas y baja en carbohidratos.
Ectomorfos: son delgados y tienen miembros largos, casi no tienen grasa ni músculos. Tienen pecho plano y hombros pequeños. Las características son propias para practicar deportes como el atletismo, la natación o el ciclismo. Pero ante la falta de masa muscular, en el gimnasio deben primar los ejercicios de fuerza, especialmente aquellos que involucren movimientos de varias articulaciones, los cual estimulará el crecimiento de la mayor cantidad de tejido muscular.
Mesomorfos: son los atléticos por naturaleza. Se caracterizan por tener un torso macizo, hombros anchos, cintura delgada, una baja predisposición a almacenar grasa y facilidad para desarrollar músculo. Por ello, gozan de un buen metabolismo. Cualquier deporte puede ser ideal para un mesomorfo, pero suelen destacarse en aquellas disciplinas más exigentes y variadas como el tenis, el fútbol, el remo o el triatlón, entre otras.
Pete McCall, también fisiólogo del ACE, dió recomendaciones de los tipos de ejercicios más convenientes según la forma del cuerpo que se tiene.