La grasa abdominal, según los expertos, es la que más riesgos tiene para tu salud. Si acumulas más grasa en la barriga, tienes una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades de corazón, diabetes e, incluso, se ha relacionado con el cáncer. La dieta es un factor importante a la hora de quemar esta grasa localizada. Pero no sirve sin ejercicio. También hay bebidas que tienen propiedades adelgazantes y que pueden ser un buen complemento para perder peso. Antes de ver qué bebidas puedes tomar, la dietista y nutricionista Irene Lezcano, de Nutritienda.com, nos explicará cómo se forma esta grasa y de qué mejor manera podemos eliminarla.
La formación de grasa corporal se da cuando tenemos un “balance energético positivo”, esto quiere decir que, por nuestros hábitos, ingerimos más calorías de las que gastamos. En este momento, el exceso de energía se almacena en forma de grasa.
Por factores genéticos u hormonales, hay personas que son más susceptibles a acumular grasa en la zona abdominal. El problema de este tipo de grasa es que también acumula grasa visceral, un tipo de grasa que se almacena internamente en esta zona rodeando órganos vitales y tejidos. Eso hace que más perjudicial para nuestra salud porque tiene un impacto metabólico.
Sin embargo, cuando nos proponemos realizar un cambio de hábitos para perder peso, no podemos decirle a nuestro cuerpo de donde tiene que utilizar la grasa y que utilice las de un punto concreto.
Es necesario conocer nuestra composición corporal y aunque el perímetro de cintura por sí solo quizá no nos de este valor, puede ser un punto de referencia. Los valores de referencia consideran que el perímetro de cintura no debe ser superior a 88 cm en mujeres y a 102 en hombres.
La alimentación juega un papel clave en nuestra composición corporal junto con la actividad física. Ingerir más calorías de las necesarias tendrá como consecuencia que se acumulen en forma de grasa. Es esencial seguir una alimentación basada en frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales y proteínas de calidad (procedentes de carnes magras, pescados y legumbres) y aceite de oliva virgen extra.
Además, es necesario evitar alimentos procesados que apenas nos aporten nutrientes y sean muy densos calóricamente. Nos referimos a aquellos que están elaborados a base de harinas blancas, azúcares y grasas de mala calidad.
Influye tanto la calidad de lo que comemos como la cantidad global de calorías que aportamos en nuestro día a día.
Sí, el consumo de bebidas como los refrescos contribuyen a un exceso de grasa en general. El motivo es que suelen estar elaboradas a base de azúcares, pueden contener alcohol y tienen un alto contenido calórico. Además, en muchas ocasiones tenemos en cuenta lo que comemos pero olvidamos las “calorías líquidas” que ingerimos y en este formato hace que las tomemos sin apenas darnos cuenta.
Este tipo de bebidas deberíamos consumirlas de forma esporádica, sin embargo (y más en estas fechas en las que hay más reuniones con amigos y familia) solemos hacerlo más de lo habitual. Hay opciones como los tés e infusiones frías que pueden ser una buena alternativa para reducir el consumo de refrescos y relegarlos a un consumo ocasional.
Para perder peso intervienen muchos factores pero es esencial seguir una dieta hipocalórica, es decir, consumir menos calorías de las que gastamos y realizar actividad física. Se atribuyen efectos beneficiosos según qué bebidas no porque queman grasa como tal, sino porque aumentan el metabolismo basal (como por ejemplo el café o el té verde).
Sin embargo, estas ayudas contribuyen en un momento puntual y sin una alimentación y ejercicio físico adaptados a nuestro objetivo, no tendrían ese efecto.
Seguramente todos hemos oído alguna vez que “el agua con limón en ayunas adelgaza” pero esto no es más que un mito que se ha extendido durante años. Se le han atribuido una gran cantidad de propiedades y beneficios que no tiene. Los únicos beneficios de los que sí podemos hablar es que ayuda a hidratarse, ya que ese extra de sabor anima a la gente que no suele beber agua a consumir más líquido a lo largo del día.
Sin embargo, se ha visto que puede dañar el esmalte así que hay que tomarla con cuidado.
Otro de los alimentos a los que se le han atribuido este tipo de beneficios es al pomelo pero no existen este tipo de propiedades “mágicas”. Sí es cierto que una alimentación basada en frutas y verduras es la base para una dieta enfocada en la pérdida de peso. Sin embargo, hay que priorizar tomar la fruta entera y no en forma de zumo, ya que de esta forma rompemos su matriz y separamos la fibra de los azúcares, haciendo que la absorción de estos sea mucho más rápida. Además, al comer la pieza de fruta la sensación de saciedad será totalmente diferente que al beberse el zumo. Así que puede ser una gran idea si quieres cuidar tus hábitos tomar una pieza de pomelo, es fuente de vitamina C, beta carotenos, licopeno y ácido orgánicos.
Las “bebidas detox” o “dietas detox” han sido otro de los grandes mitos de los últimos años. No hay un alimento que por sí mismo tenga este tipo de propiedades. Para “desintoxicar” nuestro organismo tenemos unos encargados de hacerlo y son nuestro hígado, riñones, pulmones…
Además, hay que tener cuidado con estos batidos verdes por su alto contenido en ácido oxálico. Un componente que se encuentra en algunas hortalizas y puede ser perjudicial si se toma en grandes cantidades, algo que no ocurre a través de una alimentación equilibrada.
Este tipo de dietas aumentan de cara al verano. Sin embargo, para perder peso lo ideal es ponerse en manos de un dietista-nutricionista y cambiar los hábitos alimenticios. La pérdida de peso debe ser gradual y progresiva para perder masa grasa. No existe un método rápido, pero sí un cambio de hábitos que te guste y puedas mantener siempre, ¡es la fórmula perfecta para conseguir tus objetivos!