Color, alegría, frescura, energía… Son muchos los regalos que nos hacen las plantas de interior. Muchas las cualidades que aportan a nuestra casa, especialmente en los meses cuando tanto necesitamos ese plus de vitalidad.
Por eso siempre es buena idea tener en casa un cactus de Navidad (Schlumbergera), que en esta época se llena de preciosas flores. Te contamos todas las claves para conseguir que luzca espectacular.
Un cactus especial
Si sos amante de las suculentas y de las crasas, seguramente conoces sus peculiaridades y sabrás que son resistentes y fáciles de cultivar, ya que no necesitan demasiados cuidados.
Se trata de una planta de origen tropical, procedente de las húmedas selvas y bosques de Brasil, por lo que sus necesidades de riego son mayores que las del resto de cactus. Es una especie epífita, lo que quiere decir que puede crecer sobre otras plantas o árboles. Cuando alcanza un tamaño considerable los tallos caen hacia abajo.
Dentro del universo de las Schlumbergeras se incluyen numerosas variedades, que se diferencian por el color de sus flores, entre otras
Planta fácil de cultivar donde las haya, la Schlumbergera agradecerá todas tus atenciones. De hecho, es tan especial que puede ser el regalo perfecto para todos aquellos que desean iniciarse en el apasionante mundo de la jardinería.
Para que tu cactus de Navidad sea feliz necesita que le busques un emplazamiento luminoso, y que lo riegues moderadamente manteniendo su sustrato húmedo. En cuanto a este último, le gustan los suelos ricos en materia orgánica y que estén siempre bien drenados.
En definitiva, la Schlumbergera es siempre una buena opción como planta de interior. Perfecta para jardineros principiantes