Si quieres dar vida a tu jardín, los árboles son una gran opción. Además de decorar, proporcionan sombra y cobijo. Y, si eliges una especie que ofrezca bellas flores, serás la envidia de todo el que pase por tu casa. Un buen ejemplo es el magnolio, un espectacular árbol que ofrece unas delicadas flores con un delicioso aroma. Aunque existen diversas especies de magnolio, todas ofrecen una agradable fragancia. Descubre todos los secretos para cuidarlo y que sea el árbol más frondoso y bello de tu jardín.
Existen muchos tipos de magnolio. La mayoría proceden de Asia, excepto una especie de origen americano y que se caracteriza por tener las hojas perennes. Ahora, todos los tipos de magnolio tienen en común sus grandes y vistosas flores que, además, ofrecen un dulce aroma. Estos son los más conodcidos:
Magnolia grandiflora: es originario del sureste de Estados Unidos. Puede llegar a los 35 m de altura y se caracteriza por tener las hojas perennes. Sus flores son grandes y de color blanco y pueden llegar a medir hasta 30 cm de diámetro, con un agradable aroma. De crecimiento lento, puede llegar a tardar 10 años en florecer. Es del que hablaremos en este artículo.
Magnolia x soulangeana: otra especie muy popular. De hoja caduca, puede llegar hasta los 6 m de altura y es de hoja caduca. Sus flores son aromáticas, de color rosa en la base y blanco en el resto del pétalo. Se da mejor en ubicaciones protegidas del sol directo. Es la que puedes aprecia en la imagen superior.
Magnolia lilliflora: más pequeño que los anteriores, puede llegar a medir 4 m de altura. Es de hoja caduca y se caracteriza por sus flores de color rosa, que comienzan a brotar a principios de primavera. Tolera la luz directa si no es muy intensa.
Magnolia stellata: con una altura máxima entre 2 y 3 metros, este tipo de magnolio se caracteriza por la forma de sus flores, parecida a la de una estrella. Sus hojas son caducas y desprenden un agradable aroma.
La Magnolia grandiflora es un árbol de crecimiento lento y muy apreciado por la belleza de sus flores, que aparecen entre finales de primavera y principios del verano. De hecho, es precisamente su floración lo que lo convierte en una especie muy valorada, ya que sus flores son muy duraderas. Puede seguir ofreciendo flores durante el verano.
Las hojas del magnolio se caracterizan por ser grandes y perennes, con forma ovalada o elíptica, duras y de color verde intenso. Por su parte, las flores, con un tamaño que puede llegar a los 30 cm, suelen ser de color blanco o crema. Suele cultivarse de manera ornamental, ofreciendo una buena sombra en el jardín.
Si te has hecho con un arbolito de magnolio en tu vivero y quieres plantarlo en el jardín, ten en cuenta que su ubicación dependerá de tu clima. Si vives en una zona templada y húmeda, puedes colocarlo donde reciba el sol directo, aunque tendrás que aclimatarlo antes de plantarlo en la tierra, puesto que, de lo contrario, se quemaría. Para ello, ve exponiéndolo poco a poco a tu clima y coloca un acolchado en la tierra.
En cambio, si vives en una zona cálida, con altas temperaturas en verano, lo mejor es que lo coloques en una zona de semisombra o donde reciba luz filtrada. Puedes protegerlo con una malla de sombreo o colocarlo en una zona del jardín que no reciba mucho sol.
Ahora, el magnolio no lleva bien las heladas ni las temperaturas muy bajas, especialmente durante sus primeros años de vida, por lo que si tu clima es frío, no será la especie más adecuada para tu jardín.
La Magnolia grandiflora es una especie a la que le gusta el ambiente húmedo y fresco. Por eso es necesario proporcionarle riegos con cierta regularidad, ya que no resisten las sequías. Hazlo cada 2 o 3 días en verano y cada 3 o 4 en invierno. En climas secos, conviene pulverizar las hojas. Así se evita que el árbol pierda demasiada agua y que sus hojas se vuelvan marrones.
Una de las necesidades del magnolio es que debe ser regado con agua de lluvia o muy ácida. Si en tu zona el agua contiene mucha cal, puedes mezclar el jugo de un limón (o unas gotas de vinagre) por cada litro de agua para acidificarla. Lo ideal es que el agua tenga un pH entre 4 y 6. Existen medidores digitales que te ayudarán a dar con el nivel de pH correcto.
Al igual que el agua de riego debe ser algo ácido, lo mismo sucede con la tierra, que debe ser ligeramente ácida, con un pH entre 5 y 6,5. La falta de hierro de los suelos calizos hará que el magnolio tenga problemas para desarrollarse correctamente. Asimismo, el suelo ha de ser profundo y bien drenado.
Por otro lado, también deberás controlar el tipo de abono que aplicas en tu Magnolia grandiflora. Puedes utilizar abonos orgánicos o fertilizantes para plantas acidófilas. Aplícalo durante los meses de primavera y verano y según las instrucciones del fabricante.
Aunque no es necesario podar el magnolio, sí que es recomendable que le vayas quitando las ramas secas, débiles o enfermas cuando las veas. El magnolio es un árbol cuya copa va adquiriendo una forma redondeada según crece y la poda podría estropear su belleza natural.
Cuando vayas a eliminar las ramas secas o débiles, hazlo con unas herramientas de podar adecuadas. Dependiendo del grosor, necesitarás unas tijeras de yunque para las ramas de menos de 1 cm de diámetro y una sierra de mano para las que miden más de 2 cm. Desinféctalas con alcohol antes de usarlas.
