Teleshow entrevistó al actor que forma parte del elenco Tom, Dick & Harry que se presenta en Mar del Plata. Después del verano la producción planea una gira por el país con la exitosa comedia.
Mariano Martínez se muestra encantado con la energía de la ciudad y la conexión que siente con sus fans. “El público de Mar del Plata es teatral, muy teatrero. Es gente que viene predispuesta, que ama el teatro, y eso se nota cada noche”, comenta con admiración a Teleshow.
Aunque lleva más de tres décadas en la industria, Mariano no oculta su entusiasmo por regresar a esta ciudad que, para él, siempre es especial. “Me encanta Mar del Plata. Tiene lugares hermosos, el puerto, la comida, la playa… disfruto muchísimo de todo eso cuando tengo la oportunidad”, confiesa.
Mariano reconoce que, aunque los teatros de Buenos Aires también atraen multitudes, la temporada en Mar del Plata tiene un encanto único. “Tanto en Buenos Aires como acá, la gente está de vacaciones y viene al teatro con ganas de pasarla bien. La diferencia es que acá estoy viviendo en otro lugar, me voy de mi casa y me instalo en esta ciudad que me encanta”, reflexiona sobre su experiencia en la ciudad balnearia.
Mariano Martínez atraviesa su tercera temporada con la obra Tom, Dick & Harry con quien comparte elenco con Yayo y el Bicho Gómez, con la dirección de Nicolás Cabré. Un proyecto que describe como sólido y enriquecedor. “La obra está muy aceitada. Después de tanto tiempo, cada uno vive el personaje de forma muy encarnada”, comenta el actor, destacando el nivel de compenetración que han alcanzado en el escenario. “A Yayo lo conozco de hace muchos años; para mí ya es como familia. Siempre lo admiré como artista y me sigue pareciendo espectacular”, asegura. También tiene palabras cálidas para El Bicho Gómez, a quien describe como un talento que se reinventa constantemente: “Yo amo el circo y los payasos, y él lleva eso al teatro con una naturalidad impresionante. Me divierte mucho compartir con él, y creo que eso se nota” aclara el actor a Teleshow.
Por su parte, trabajar con Nicolás Cabré, quien además es el director de la obra, ha sido una experiencia de aprendizaje. Mariano no escatima en elogios hacia su colega y amigo. “Nico sabe muchísimo de teatro y comedia. Lo hace desde muy chico y lo transmite con claridad. Este proyecto nació de una charla entre nosotros, cuando él me dijo que tenía la inquietud de dirigir. Sabía que iba a ser un gran director, y no me equivoqué”, confiesa.
La obra no solo ha sido un éxito de público, sino también un espacio donde los actores han logrado desarrollar su conexión profesional y personal. “Todos aportamos nuestro granito de arena para que esto funcione. Es un trabajo en equipo, y esa armonía se ve reflejada en el escenario”, dice Mariano con orgullo.