Hablamos de escoliosis cuando hay una desviación de la columna vertebral; es decir, cuando esta no permanece recta a lo largo de la espalda. Es una condición que se ve mucho en la adolescencia, aunque también puede aparecer antes. ¿Impide hacer deporte? ¿Ha surgido por el peso de la mochila escolar? ¿En qué casos hay que operar?
Le hemos preguntado todo ello al Dr. Juanjo López Martínez, traumatólogo infantil y deportivo (www.drlopezmartinez.com), y divulgador en redes sociales (@drlopezmartinez, en Instagram).
La escoliosis es muy frecuente. Así, un 20-25% de las consultas que recibe un traumatólogo infantil están relacionadas con este problema.
Tal como detalla el experto, hay tres tipos de escoliosis:
La escoliosis del adolescente es la más frecuente; de hecho, el 90% de las escoliosis se producen a esta edad. Afectan siempre más a chicas que a chicos, con una proporción de seis a uno.
“En la mayoría de los casos, no se sabe por qué se produce la escoliosis; en ocasiones hay un factor hereditario y cuando alguno de los padres tiene escoliosis sus hijos tienen más probabilidad, pero no es siempre así”, explica el Dr. Juanjo López Martínez.
Aunque popularmente se atribuía al peso de las mochilas escolares, este no tiene nada que ver con la desviación de la columna.
En la mayoría de las personas existe cierta curvatura en la columna. Es algo leve y no sobrepasa los 10 grados de desviación. Para hablar de escoliosis ha de ser aún más pronunciada.
A menudo son los padres los que se dan cuenta de que sus hijos tienen este problema. “Próximo a la primera regla en las niñas se produce un crecimiento importante. Entonces llega el verano y cuando las ven en traje de baño se dan cuenta de que tienen un hombro o una escápula más alta que otra”, comenta el traumatólogo. Por eso, su recomendación es que sobre los nueve o diez años haya una visita de control al médico para valorar que todo va bien.
Si hay sospechas, el especialista realizará una radiografía. Con esta prueba de imagen se mide el ángulo de Cobb que informa de la desviación concreta.
El tratamiento en la escoliosis infantil depende mucho del grado de desviación.
Cuando el menor tiene que llevar un corsé, el objetivo es que lo tenga puesto el máximo número de horas posible. No es fácil conseguirlo en plena adolescencia, cuando los chicos son muy sensibles a su imagen corporal. Lo ideal es que lo lleven más de 17 horas al día, que puede ser en todos los momento, excepto cuando están en clase.