La nueva generación confía en el autoaprendizaje y busca un futuro profesional en empresas; los más grandes usan la tecnología como herramienta de automarketing y son emprededores.
uando todavía estamos descifrando algunos códigos de los millennials o Generación Y (los jóvenes nacidos entre 1980 y 1995) avanza sobre el mercado laboral -y sobre la escena- una generación más joven, la de los centennials o Generación Z (nacidos entre 1995 y 2010), que viene con un kit de hábitos bien propios, aunque también comparta algunos con los “viejos” millennials.
Es verdad que todo corte demográfico puede resultar arbitrario y reduccionista, pero también es cierto que los jóvenes nacidos en una misma época tienen mucho más en común que lo que los separa. Y lo que parecería unificar a los centennials, así bautizados por la consultora Kantar Futures, es que son hijos sin fisuras de la digitalización, que despertaron a un mundo con turbulencias económicas y sociales, y que quizá como consecuencia combinan una actitud de libertad y empoderamiento con un fuerte sentido de responsabilidad.
Por otro lado son tantas las opciones que parecerían tener al alcance por la tecnología omnipresente, que justamente por eso muchos sufren miedo a equivocarse.
Según el informe New Kids On The Block. Millennials & Centennials Primer, publicado por Bank of America Merrill Lynch, si se incluyen ambas generaciones, el 88% vive en mercados emergentes, el 90% tiene un smartphone y durante 2025 controlarán el 47% de los fondos del planeta. A su vez representan alrededor del 30% de la población mundial.
Cómo reconocerlos
Según un reciente estudio de la consultora Trendsity, la tecnología atraviesa a la Generación Z desde su nacimiento hasta el punto de cambiarle las nociones de lo público y lo privado, del online y el offline. “Para ellos se trata de un todo integrado. El uso cotidiano de Internet ha modificado sustancialmente su forma de relacionarse, de informarse, de escribir y de hablar”, explica Mariela Mociulsky, directora de Trendsity. “Con el smartphone como el centro de sus vidas, el multitasking es para los centennials un hábito cotidiano: desde ahí planifican, consultan, buscan, se relacionan y se divierten”, añade la especialista.
En una nota del New York Times de Alex Williams, Hannah Payne, estudiante de UCLA y blogger de estilo de vida, cuenta en relación al multitasking: “Yo puedo crear un documento, editarlo, subir una foto a Instagram y hablar por teléfono casi simultáneamente gracias a la interfaz de mi iPhone”.
“Los centennials son la primera generación verdaderamente nacida en la era de la información”, afirma por su parte Rogelio Umaña, consultor en comunicación y redes sociales radicado en Costa Rica. Muchos millennials, los mayores de 30 años de hecho, vivieron una infancia sin Internet. “Pero la Generación Z es otra historia. Como promedio tuvieron su primer smartphone a los 9 o 10 años, y por eso no es casual que sean la generación que más se conecta por celular”, agrega el consultor.
“Uso el celular casi todo el día; estoy todo el tiempo mirando Instagram o hablando por WhatsApp”, cuenta al respecto Teresa, estudiante de Administración de Empresas de la UCA, de 19 años. “Siento que absorbe gran parte de mi día, especialmente Instagram; WhatsApp lo considero una muy buena herramienta de comunicación”, reflexiona.
Por su lado, la revista de tendencias americana Wired destaca hasta qué punto la digitalización estructura la psiquis de la nueva generación. “Los centennials ven su identidad como una composición curatorial (sobre la base de selfies)”, afirma Henri Gendreau utilizando la definición de la empresa de marketing FutureCast. “Cambiar su identidad exterior sólo requiere subir algo nuevo a Instagram”, añade.
Las pinceladas que hace el periodista de los gustos de estos jóvenes nos permiten identificarlos al vuelo. “Usan cinco pantallas a la vez; prefieren los influencers de YouTube a las celebridades de Hollywood; aman Snapchat, y borran fotos de Instagram para optimizar el ratio de likes”, sintetiza.
Umaña también recalca que los centennials usan Facebook sólo como una fuente de información, porque ahora prefieren plataformas creativas como Instagram y aplicaciones de mensajería efímeras o anónimas como Snapchat.
Siempre vía Internet, la Generación Z prefiere la acción a la observación. GeneracionS, el sitio francés intergeneracional corporativo, interpreta a los centennials desde otro lugar. Sostiene que usan Internet no tanto para mostrarse como sus predecesores, sino más bien como una herramienta para hacer cosas. Además, dice, prefieren crear a copiar porque les interesa más producir que sólo compartir. Al usar tantas imágenes, en ellos el lenguaje visual pasa a reemplazar las conversaciones escritas y la expresión de emociones.
A diferencia de los millennials, los centennials son una generación que nació a la sombra de la crisis económica, con un mercado laboral en constante fluctuación. “Los millennials dentro de todo crecieron en los tiempos del boom y la paz relativa de los 90 hasta que su mundo se hizo trizas con el 11 de septiembre, y los derrumbes económicos de 2000 y 2008; por eso su historia es la de la inocencia perdida”, afirma Williams en el New York Times. Por contraste, la Generación Z abrió los ojos a un mundo ya en plena guerra al terror y la recesión. Entrevista a una chica que está a punto de terminar el secundario que había soñado con hacer una carrera en la moda, pero que eligió en cambio estudiar Derecho porque le resultaba más seguro. “Nuestro optimismo fue reemplazado hace tiempo por un pragmatismo”, argumenta.
“Quería empezar a trabajar cuanto antes porque sé que es casi más importante que la carrera que estoy cursando”, expresa. Por su parte, Juan, colombiano de 21 años vive en Buenos Aires, está estudiando Recursos Humanos y quiere entrar a un programa de jóvenes profesionales de una empresa grande. Como afirman en Glocal Thinking, los centennials muestran por lo general una preocupación por sus opciones laborales y una actitud más realista que la generación anterior.
“Otro preconcepto respecto de esta generación es que no planifica a largo plazo y que no le interesa el dinero”, afirman desde Trendsity. La simultaneidad que acarrea su impronta tecnológica haría pensar que están anclados solamente en el presente y que no tienen ningún interés en comprometerse. “Encontramos que los centennials persiguen la realización personal y que valoran el dinero como forma de reconocimiento”, se sorprenden en Trendsity. Y agregan: “esperan trabajar donde visualicen su propio crecimiento y desarrollo, donde compartan valores y propósito de la organización, donde puedan aprender en colaboración con otros y donde tengan un rol protagónico”.
Por haber crecido en un entorno fuertemente tecnológico, ambas generaciones optan por una flexibilidad laboral que les dé la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y a cualquier hora. Además valoran una comunicación constante y de forma más inmediata e informal con sus managers.
Sin embargo, mientras que los millennials en general buscan libertad para poder desarrollar sus proyectos personales y cuestionan la autoridad, los centennials son autodidactas, leales y propensos a apostar por una seguridad económica. “Querría probar un proyecto propio en 10 o 15 años, pero por ahora estoy alineada con el ideal de la empresa en la que estoy”, confiesa Teresa. “Los centennials tienen múltiples intereses y gran capacidad de integración de información. Creen en el poder que les da el conocimiento tecnológico como una gran fortaleza para cambiar las cosas, para llevar adelante sus proyectos y para emprender”, concluye el informe de Trendsity.