Cuando un alimento está de temporada nos ofrece sus mejores cualidades tanto de sabor como a nivel nutricional y, además, suele tener un precio mucho más moderado (si has intentado comprar, por ejemplo, cerezas en invierno sabes de sobra de lo que hablamos…).
Así que vamos ya con ese listado de productos, que iremos dividiendo por grupos de alimentos. Pero primero, un aviso a navegantes: observarás que el apartado de carnes no está presente. Esto se debe a que, salvo excepciones (como el caso de las piezas de caza, asociadas a la cocina de otoño), las carnes no dependen tanto de una temporalidad concreta dado que la mayoría de las explotaciones suelen ser de carácter intensivo (lo que permite una disponibilidad continúa a lo largo de todo el año).
Es tiempo de espárragos, de guisantes y de habitas frescas. También de alcachofas, judías verdes, y de tirabeques (esa rica vaina, de textura crujiente, a medio camino entre la judía verde y el guisante). Los ajetes -o ajos tiernos- y cebollas tiernas encuentran también un gran momento para el consumo. Así pues, la primavera se presenta como una época ideal para ‘comerse’ la huerta, dándole forma de recetas deliciosas.
La alegría, el color y la variedad aterrizan de nuevo en las fruterías tras los meses más fríos. Las temperaturas empiezan a subir, y con ellas llegan las fresas y, un poco después, las cerezas. La primavera es también tiempo de nísperos, de ciruelas… Y hacia el final de la estación aparecen asimismo los primeros melocotones y nectarinas, los albaricoques, frambuesas… En junio, con el verano ya a la vuelta de la esquina, tenemos las delicadas y aromáticas brevas. Un festival de sabores, texturas y colores.
Su nombre está asociado al otoño porque es en esta época cuando encontramos muchas de las mejores variedades. Sin embargo, también existen setas ligadas a la primavera. Es por ejemplo el caso de las colmenillas (también conocidas por otros nombres como cagarrias, múrgolas, o morcellas). Son consideradas como ‘la primera seta del año’. Resultan especialmente bonitas, con su particular sombrero con celdillas, y es muy apreciada por los grandes chefs. Eso sí, jamás se deben comer en crudo por su gran toxicidad. Otra ‘estrella primaveral’ en el terreno de la micología son los perrechicos (también conocidos como bujarón, mansarón, blanquilla o seta de San Jorge, nombre éste último que le viene porque suele aparecer en torno a esa fecha de finales de abril). También en primavera se puede recolectar otras setas como marzuelos, senderuelas o rebozuelos.