Estamos en pleno invierno y se acercan las vacaciones, para los amantes del deporte y la diversión, de esta combinación sólo surge un resultado: esquiar. El esquí es la primera opción que llega en la lista de actividades por realizar en estas vacaciones de invierno, acompañado de hermosos lugares por recorrer. Es un deporte que atrapa a todas las edades y no hace falta ser un experto para practicarlo y divertirse. Pero, si sos principiante te dejamos algunas recomendaciones para que verdaderamente disfrutes la experiencia.
Prepararse y asesorarse antes del viaje
Es importante que el cuerpo esté preparado y acondicionado para el tipo de ejercicio que se va a realizar, especialmente aquellas personas que llevan un estilo de vida sedentario. Conviene una rutina previa de, al menos, cuatro semanas de preparación física.
Consultar al médico de cabecera
Es fundamental para las personas con enfermedades cardíacas y/o respiratorias, con el fin de asesorarse acerca de las medidas a tener en cuenta.
Precalentar y estirar los músculos
El día en que se va a empezar a practicar un deporte en la nieve es necesario asesorarse con un instructor, para ir incorporando las distintas técnicas gradualmente. De esa manera, el cuerpo se podrá adaptar a las exigencias a las que será sometido.
Hacer una pausa
Cuando se siente cansancio aumenta la posibilidad de error y disminuye la capacidad de respuesta del cuerpo. Por este motivo, es importante descansar al mediodía, hidratarse bien, no comer demasiado ni beber alcohol y abordar las pistas más sencillas al final del día.
Prestar atención a las condiciones del ambiente
Una pista con hielo firme –generalmente presente durante las primeras horas de la mañana– favorece las resbaladas y caídas. Por el contrario, la nieve pesada y floja puede producir el atascamiento de los esquíes o la tabla y causar lesiones de tobillo o rodilla. También conlleva peligro la escasa visibilidad.
Utilizar la vestimenta adecuada
No se deberían realizar deportes en la nieve sin un equipo carving en buenas condiciones, gorro, guantes, filtros solares ni anteojos protectores contra rayos ultravioleta. Las botas deben ser cómodas y hay que controlar que no se levante el talón.
Respetar las reglas de convivencia
Tener muy en cuenta que la pista se comparte con otros esquiadores. No detenerse en el centro de la pista ni en zonas que no sean fácilmente visibles. Sólo reiniciar la marcha cuando uno se asegura de que no se acerca otro esquiador.
Aprovechar los momentos de descanso
Recuperar fuerzas, comer y reponer líquidos, pero no es necesario hidratarse excesivamente, ya que el esquí es un ejercicio intermitente en un ambiente frío y también se descansa al ascender hasta la pista.
Evitar el frío
A medida que uno entre en calor tiende a sacarse gradualmente la ropa. Pero es probable que en pocos minutos, con el viento frío e intenso, la temperatura del cuerpo vuelva a disminuir, lo que puede causar escalofríos y resfrío. Por eso, para conservar el calor corporal, es clave abrigarse apenas se haya finalizado la rutina.
No exagerar con el volumen de actividad diario
Esta recomendación apunta a evitar la aparición de alguna línea de fiebre, dolores musculares o en articulaciones, náuseas, colitis o síntomas que indiquen algo más que un resfrío. Por las dudas, evitar los ejercicios de mayor intensidad.