Has oído hablar de la alta sensibilidad? Es un rasgo de personalidad de algunas personas que perciben el entorno más intensamente que la media. Las emociones, por tanto, pueden desbordarles. “Hay personas consideradas altamente sensibles, también llamadas PAS, que se caracterizan por la capacidad de capturar pequeños detalles ambientales que se escapan a la mayoría, un rico vocabulario emocional y una marcada empatía. Son las personas altamente sensibles, así definidas por Elaine Aron, que las estudió junto con su esposo Arthur Aron”, nos explican desde Mundopsicólogos, quienes nos advierte que la alta sensibilidad no debe confundirse con la hipersensibilidad, la primera tiene naturaleza biológica, mientras que la segunda deriva de la necesidad de adaptación.
Hay algunas señales que son comunes en las personas con alta sensibilidad
Manejo de las emociones. Las personas altamente sensibles suelen verse obligadas a controlar sus emociones, más que otras, puesto que su exceso de percepción del entorno externo y lo que en él ocurre suele afectarles más de lo normal.
Exceso de empatía. Si bien la empatía se trata de un rasgo de personalidad muy importante, puesto que permite una buena relación y comunicación con el entorno, el exceso puede ser malo. Las PAS pueden vivir las situaciones de los demás como algo propio. Su necesidad de cuidar a los otros, además, puede, incluso, hacer que se olviden de ellos mismos.
Los demás, una presión constante. Para las personas altamente sensibles, los demás son a menudo una fuente de estrés y ansiedad . El juicio inminente y la sensación de encontrarse siempre bajo examen son algunas de las características de las personas con alta sensibilidad. De hecho no sorprende que suelan disfrutar de períodos de soledad.
Miedo a equivocarse. Una obsesión generalizada es el miedo a cometer errores. No cumplir con las expectativas y dar pasos en falso es una preocupación que afecta a más de la mitad de los encuestados. Esta es una situación típica en la que el lado emocional puede comprometer la lucidez y las habilidades operativas, afectando negativamente el resultado final. Sin embargo, si se canaliza bien, esta tendencia hacia la perfección es una garantía de trabajo de calidad y alto rendimiento.
La presión del tiempo. Si se combina con una sobrecarga de compromisos a cumplir es un motivo de malestar. Por otro lado, hay quienes declaran que no conocen este malestar (16%) y que, por el contrario, aprovechan al máximo dicha presión.