Cuando estamos planificando una reforma integral y nos toca elegir entre los mil y un tipos de suelos, podemos perdernos entre una marea de posibilidades varias: microcemento, suelos de madera, azulejo. Sin embargo existe una opción mucho menos común pero poderosamente original, el vidrio, que nos permite crear suelos transparentes que no pasarán desapercibidos en el conjunto de la decoración.
Los suelos transparentes son una solución muy interesante en arquitectura y el diseño interior, ya que nos permiten abrir huecos de luz transitables para llevarla a donde haga falta. Además, en viviendas de dos o más plantas, este tipo de pavimento nos permite crear ambientes más ligeros, especialmente en espacios pequeños o de muros robustos y llevar a cabo un mayor aprovechamiento de la luz natural, un valor esencial en toda vivienda, con el consecuente ahorro en el consumo eléctrico.
Si bien los suelos transparentes tienen el problema de que hay que tener cuidado con las faldas y de que algunos sienten cierto vértigo al caminar por ellos, lo cierto es que son una opción estética de primer orden, ideal para conseguir una decoración de impacto. Para aquellos valientes que se animen a probarlos, vemos las 3 formas principales de emplearlos:
Lucernarios: los suelos transparentes nacieron en origen como lucernarios, pequeñas aperturas en el forjado cuya superficie hueca se reviste con vidrio de seguridad para permitir su tránsito superior y dejar pasar la luz de un piso a otro inferior.
Los lucernarios actuaban así como una solución sencilla para arrojar algo de luz a sótanos, bodegas y otros espacios donde la luz natural no suele llegar por sí sola, al carecer de ventanas.
Pasarelas: el siguiente paso en la evolución del vidrio como pavimento son las pasarelas, una alternativa transparente, más ligera e igual de resistente que las convencionales, regulando una vez más el paso de la luz.
A diferencia de los lucernarios, las pasarelas cuentan con mucho espacio hueco a su alrededor por lo que la elección de un suelo transparente para este elemento estructural responde a un criterio más estético, con el fin de lograr un espacio visualmente más abierto y menos pesado. Espacios de diseño contemporáneo y minimalista apuestan por este tipo de pavimento para maximizar la entrada de la luz natural.
Grandes superficies: cuando se habla de superficies más amplias, los suelos transparentes soportan una mayor carga estructural, por lo que nos ofrecen una visión casi completa de todo lo que se encuentra bajo nuestros pies, incluidos vigas, pilares u otros elementos del forjado inferior.
Podemos encontrarlos en viviendas de alta gama para la conexión visual entre pisos, en piscinas de diseño, barcos y yates de lujo, así como hoteles y otras construcciones sobre el nivel del mar que nos permiten observar lo que sucede debajo como un elemento exclusivo y protagonista de la arquitectura.
Como es lógico al tratarse de un material de líneas pulcras sobre el que vamos a transitar, este tipo de pavimentos cuentan con tratamientos superficiales específicos para ofrecer un acabado más translúcido o totalmente transparente y antideslizante que se adecue a todas las necesidades.