El color de las paredes
Las paredes de colores están de moda, pero a la hora de decidirte por una u otra tonalidad, pensá en los muebles y las telas que van en ese ambiente. Tus sofás burdeos pueden chocar de frente con una pared roja o con unas cortinas con estampados tropicales. Por eso, pinta antes y decidí después con qué llenar tus espacios.
El espacio se adapta a vos
Nunca al revés. No existe un espacio feo, solo mal aprovechado o mal vestido. Para que un espacio funcione debe, en primer lugar, dar respuesta a tus necesidades y hábitos. Si apenas recibes visitas ¿para qué quieres un cuarto de invitados perfecto o una mesa de comedor para ocho? Establece tus prioridades y decora en consecuencia. El segundo paso es la distribución, busca que sea fluida, deje pasar la luz y ofrezca la mejor opción a los metros disponibles.
Medir antes de amueblar
Es un error frecuente que, con la emoción de amueblar la casa, no prestes atención al espacio disponible. Sin olvidar que en la tienda un sofá de cuatro plazas y dos butacas suelen encajar bien, mientras que en tu salón cada centímetro cuenta. Por eso, antes de comprar o, incluso, de cambiar los muebles de lugar, mide el espacio, distribuye en consecuencia y, si aún no lo tienes claro, usa papel de periódico recreando las medidas. Recuerda que la simetría siempre ayuda a crear espacios organizados y en armonía.
Almohadones que crean un hogar y ayudan a personalizar
Pero en su justa medida. Los Almoadones son uno de los complementos que crean un hogar y ayudan a personalizar, pero esto no significa que todos valgan la pena. Debes encontrar el número ideal, pensando siempre que igual de malo es poner muchos como pocos. Para que te hagas una idea, en un sofá de tres plazas, no coloques nunca más de cuatro. Una mantita en el reposabrazos de tu sofá es otra manera de aportar un toque de calidez, muy apetecible durante el invierno. Eso sí, tiene que colocarse de una manera natural.
Alíate con los neutros