Ni bonsáis, ni plantas tratadas de forma especial para que no crezcan. Las miniplantas son plantas jóvenes que llegan a tu casa en su época más temprana de crecimiento y aportan un aire distinto a la decoración. Alex Chacón, de Miniplanta, nos explica las claves para cuidarlas y disfrutar de su belleza especial.
Puede que pienses que las miniplantas son especies vegetales diferentes que se han tratado de alguna forma para que mantengan ese tamaño reducido. No es así. Las miniplantas no son otra cosa que plantas bebé que aún no han crecido y se encuentran en una fase inicial de su vida.
En lugar de comercializarse cuando ya tienen un cierto tamaño, salen al mercado en sus primeras semanas de desarrollo, justo cuando ya han enraizado y pueden ser cultivadas en macetas pequeñas, de entre 6 y 11 cm de diámetro. Con el tiempo las miniplantas se convierten en plantas grandes, del tamaño habitual según la especie.
A la hora de cuidar miniplantas, no hay unas pautas establecidas para todas ellas ya que los cuidados dependen de la especie en cuestión. Hay algunas más vulnerables y otras que son más resistentes y que apenas necesitan atenciones.
Según Alex Chacón, experto de Miniplanta, “al ser plantas que todavía están poco desarrolladas, necesitan cuidados específicos ya que son un poco más delicadas, pero también depende de la especie”. Es fundamental conocer la planta para poder cultivarla como necesita.
“Para empezar, es buena idea elegir miniplantas de fácil cultivo como monsteras, ficus, peperomias, etc. Son plantas muy agradecidas y resistentes. La clave está en entenderlas y adaptar el entorno a las condiciones que ellas desean”, explica Chacón.
La mayoría de las especies que se cultivan como miniplantas son de interior. Al estar en su primera etapa de crecimiento necesitan una mayor protección como la que les brinda el interior de las casas, donde viven más resguardadas del sol intenso y del frío.
Sin embargo, también hay determinadas especies de miniplantas que pueden cultivarse en el exterior, como la tradescantia (Tradescantia fluminensis) o la iresine (Iresine herbstii). Sea como sea, si decides tenerlas en la terraza o el jardín debes vigilar mucho las condiciones en las que crecen: las temperaturas, la exposición solar, etc., para protegerlas de ser necesario.
Hay diferentes formas de obtener miniplantas para cultivar en casa: a partir de semillas o de esquejes.
– Las plantas que se consiguen mediante semillas son más fáciles de cultivar, ya que la raíz y la planta crecen a la vez y las raíces se van estableciendo lentamente.
– Las plantas que se obtienen por esquejes tienen alguna complicación añadida, ya que pasa más tiempo hasta que las raíces se establecen y necesitan una atención especial.
De entre todos los cuidados que requieren tus miniplantas para estar perfectas, además del riego, destaca la ubicación dentro de casa. Por eso debes esmerarte en encontrarlas el emplazamiento adecuado, en un rincón luminoso ya que necesitan mucha luz para crecer. Sin embargo, has de estar al tanto para que no les de mucho sol de forma directa. La luz, aunque abundante, debe ser indirecta durante la mayor parte del tiempo.
Como pasa con otras muchas especies de tamaño habitual, el riego es uno de los cuidados más complicados que necesitan las miniplantas. La clave está en saber detectar cuándo es el momento adecuado para regarlas y la cantidad de agua que hay que aportarles.
Para ello es necesario vigilar el sustrato y regar cuando detectes que está seco. Coloca la maceta (una que tenga agujeros de drenaje en el fondo) sobre un recipiente con agua y déjala allí unos 5 minutos para que la planta absorba el líquido que necesita.
Trasplantar las miniplantas a otros contenedores de mayor tamaño es uno de los cuidados habituales que tendrás que procurarles. Alex Chacón explica que esa es la primera atención que se debe dar a una miniplanta. “Siempre recomendamos trasplantar la miniplanta a una maceta con buen drenaje nada más llegar a casa”.
Según vayan creciendo las raíces de la miniplanta irán llenando la maceta hasta que se haga necesario cambiar la planta a un recipiente mayor, lo que puede hacerse en cualquier época del año. La nueva maceta ha de ser unos centímetros más grande que la anterior. Es importante colocar una capa de perlita en el fondo para mejorar el drenaje, y después un sustrato adecuado. Coloca la planta, rellena con sustrato y riégala.
No todas las plantas, ni tampoco todas las miniplantas, necesitan los mismos cuidados y, en lo que al abonado se refiere, ocurre lo mismo. Para elegir el fertilizante adecuado, incluso para decidir si lo necesita o no, es importante considerar cada especie en concreto, así como el momento de desarrollo en el que se encuentre la planta.
En general, para fertilizar las miniplantas apuesta por abonos líquidos que se disuelven fácilmente en el agua de riego. Para determinar la dosis y la frecuencia de uso sigue las recomendaciones del fabricante.
Existen muchas alternativas para decorar tus espacios con miniplantas. Aunque de pequeño tamaño, son capaces de añadir un aire muy natural a tu salón, al dormitorio o a la zona de trabajo.
Puedes, por ejemplo, decorar cualquier estantería de tu casa con una o varias miniplantas. Haz una composición de pequeñas macetas, iguales o diferentes, y animarás cualquier rincón aburrido. También puedes combinar plantas de tamaño habitual, más grandes, con varias miniplantas. Las posibilidades son infinitas.