Hace ya tiempo que conocemos los efectos poco saludables de un consumo excesivo de azúcar en nuestra salud. No es extraño que los profesionales de salud alerten sobre la importancia de limitar su ingesta. “El azúcar tiene efectos pro-inflamatorios en el organismo, por tanto, cualquier enfermedad de este tipo (acné, psoriasis…) puede empeorar con un consumo de azúcar elevado”, nos comienza explicando el doctor Ramírez Bellver, dermatólogo de la Clínica Dermatológica Internacional. “De hecho, para evitar los picos de glucemia que se producen con determinados hidratos de carbono de absorción rápida (pasta, arroz, pan…) en pacientes con acné se recomienda tomar estos alimentos integrales. En cuanto a las arrugas, el papel es más controvertido y difícil de demostrar, pero sí que parece que la glicación de proteínas puede acelerar el proceso de envejecimiento”, detalla el especialista.
Cuando tomamos un exceso de azúcar o alimentos con alto índice glucémico, es decir que elevan mucho la glucosa en sangre, se producen dos efectos, tal y como nos detalla la doctora Gema Pérez Sevilla, experta en medicina y cirugía estética, y en antienvejecimiento y longevidad:
La doctora Pérez Sevilla aboga por un consumo moderado. “Se puede tomar azúcar, pero con moderación, ya que parte de la glicosilación que se produce puede ser compensada por el organismo. El problema reside en la cantidad de dulce que se tome, que si es elevada, sobrepasa estos mecanismos de compensación y entonces empieza a ser perjudicial. También influye el tipo de dulce, los que elevan mucho el nivel de glucosa en sangre son más perjudiciales, como los azúcares refinados”, detalla. Y es que lo que diferencia a los azúcares procesados es que, al estar compuestos por glucosa y fructosa, cantidades muy pequeñas pueden ocasionar grandes glicaciones de las proteínas de la piel y por tanto mayor daño. Mientras, podemos decir que los azúcares naturales de los alimentos, como la lactosa de la leche o la fructosa de la fruta, son, comparativamente, menos malos porque suelen aportar agua, fibra (que hace más lenta la absorción de la glucosa), minerales y vitaminas o antioxidantes que, por sí mismos, compensan la glicación y protegen la piel.
La doctora Pérez Sevilla explica que, cuando el daño ya está presente en nuestro cutis, se puede recurrir a los siguientes tratamientos para tratar de mitigar las señales:
Mientras, se pueden utilizar en casa cremas con vitamina C, ácido glicólico y retinol. Y la doctora explica que, además se puede compensar la toma de azúcar con alimentos ricos en vitamina B1 (huevos, carne, guisantes, nueces) y en B6 (salmón, hígado, pollo, avellana, nuez) porque inhiben la glicación, y en vitamina C (cítricos, kiwi, pimientos, brócoli, fresas), porque son antioxidantes.