Con el verano llega el calor, el sol y la playa. Dejas el trabajo, los horarios de comida, y las costumbres saludables. Te contamos algunos consejos básicos y muy prácticos para  que puedas afrontar este verano. Se debe seguir una dieta equilibrada pero teniendo en cuenta algunos factores.

Hidratación
Es imprescindible aumentar la ingesta de líquidos en verano ya que con el calor el organismo pierde mucha agua. Hidrátate bebiendo 2 litros de agua al día, zumos, limonada, infusiones, licuados, refrescos no azucarados…

Cinco comidas al día
Es preferible realizar cinco comidas al día ligeras que comer en exceso tres comidas.

Frutas y verduras
Contienen mucha agua, vitaminas, minerales, fibra y su digestión es muy ligera. Mejor tomarlas en crudo ya que de esta manera sus nutrientes no se pierden.

Evitar comidas copiosas
Los potajes con embutidos, las salsas con mucha grasa, etc mejor dejarlas para el invierno.

Primeros platos
Recomendable tomar alimentos nutritivos, ricos en nutrientes, pero no pesados: sopas frías (gazpacho), ensaladas, pasta con verduras, etc.

Formas de cocinar
Cocinar de manera sencilla: a la plancha, parrilla, horno, vapor, salsas ligeras como vinagreta… Para facilitar la digestión.

Hidratos de carbono
Durante el verano también es importante ya que que nos aportan energía. Ensaladas de pasta, añadir legumbres a las ensaladas, pan en las comidas o cereales en el desayuno.

Más pescado que carne
El pescado contiene más agua que la carne y su digestión es más rápida. Además los ácidos grasos esenciales del pescado azul ayudan a nutrir la piel desde el interior.

Postres
En época de mucho calor el postre ideal sería un yogur o helado de yogur (sin nata), sorbete o helado de hielo.

Comer fuera de casa
En verano solemos salir a comer fuera de casa, y por eso hay que aprender a pedir y saber combinar priemeros platos y segundos. Un capricho no pasa nada, pero comer todos los días fritos no es saludable.